viernes, 8 de mayo de 2015

Educación para la paz

En ocasiones caemos en el error de pensar que este tema no es apropiado para trabajar en Infantil o que es difícil su comprensión. Está claro que los niños no entienden ciertos conceptos porque son demasiado abstractos como el de paz, violencia, terrorismo, violación de los derechos humanos, etc. Pero educar para la paz no es ni más ni menos que educar para la convivencia, es decir, enseñar a los niños a convivir y a relacionarse con los demás.

Esta educación para la convivencia la podemos ver reflejada en los objetivos generales de Educación Infantil, de modo que podemos decir que los dos objetivos principales de la educación para la convivencia son:

1. Aprender a relacionarse con los demás:

- Estableciendo relaciones fluidas con sus iguales y los adultos.
- Adecuando el propio comportamiento a las necesidades, demandas y explicaciones de otros niños y adultos.
- Conociendo las normas y modos de comportamiento social de los grupos de los que forma parte.

2. Adquirir actitudes básicas de relación y convivencia:
- Respetando los sentimientos, emociones y necesidades de los demás.
- Respetando a las personas y cosas de su entorno, preocupándose y cuidando de ellas.
- Respetando las características y cualidades de otras personas.
- No discriminando a nadie en relación con el sexo o cualquier otro rasgo.
- Aceptando las pequeñas frustraciones y esforzarse por superar las dificultades que encuentre.

¿De qué formas podemos trabajar la Educación para la convivencia en Educación Infantil?

En primer lugar, se podrían establecer normas de comportamiento en el aula, crear rincones específicos para el tema o incluso crear variaciones en los ya existentes. Incluso una forma muy común y provechosa es mediante la Asamblea de clase, en la que aprendemos a escuchar, a valorar otras visiones y opiniones distintas a las propias, desarrollamos estrategias para la toma de decisiones colectivas, etc. Pueden realizarse también talleres de convivencia, donde planteemos actividades para fomentar valores como la tolerancia, la comprensión o la responsabilidad, para que los alumnos adquieran pautas de comportamiento adecuadas para vivir en sociedad. También juegos de presentación y conocimiento, cooperativos, de resolución de conflictos, de comunicación, de distensión, etc. Como por ejemplo:

  • Juego de afecto no verbal: El protagonista está en el centro del corro y los demás compañeros se le acercan para expresar sus sentimientos de forma no verbal. Suelen hacerlo dándole un beso, un abrazo o haciéndole una caricia, pero es conveniente que lo transmitan como ellos realmente deseen.

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